Ayer, vi un programa en el que hablaban de una mujer, Aimee Mullins y dijeron algo que se me ha quedado grabado y que quiero compartir: la importancia de las palabras y la oportunidad en la adversidad. Las palabras van más allá de lo que nos imaginamos, tienen un poder y una fuerza increíble y hacen en nosotros huella; sobre todo en los niños. Cuando eres niño, te crees que eres algo tan sólo porque te lo dicen y hay que tener mucho cuidado en elegir bien lo que se quiere decir.
Aimee Mullins, modelo, actriz y atleta estadounidense "supuestamente" discapacitada, (y digo supuestamente, pues como dice ella, la definición que se le da a discapacidad no se correspone en nada con la realidad), nos da un ejemplo de superación. (Dejo los enlaces del vídeo de su conferencia que vale la pena ver).
http://www.youtube.com/watch?v=Pyls94MaMSY
http://www.youtube.com/watch?v=2NtecwQBXi8&feature=related
Termina con un poema, que jamás había escuchado, pero que me encantó, se llama "El Dios que sólo sabe cuatro palabras" :
Cada niño ha conocido a Dios.
No al Dios de los distintos nombres.
No al Dios de lo que no se puede hacer.
Sino al Dios que sólo sabe cuatro palabras,
Y las repite una y otra vez. Diciendo:
"Ven, y baila conmigo...
...Ven, y baila conmigo..."
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